NATACIÓN
PARA BEBÉS
La natación para bebés poco tiene que ver con el nadar o el aprender a nadar, ya que, los niños son demasiado pequeños para adquirir y desarrollar autonomía en el agua y alcanzar los movimientos de la natación.
Entre los principales hallazgos obtenidos en diversos estudios, se ha podido comprobar la gran cantidad de beneficios que reporta esta actividad al bebé y entre las que cabe destacar, el importante desarrollo psicomotor; adquiriendo una mayor coordinación motriz, localización propioceptiva e integración kinestésica, además de facilitar movimientos y experiencias motrices que le conduzcan a un aumento del repertorio motor, asimismo, ayuda al fortalecimiento del sistema cardiotorácico, aunque, no obstante es trascendental destacar la regulación del tono muscular, muy importante para la estática, el equilibrio y el movimiento y, en último termino, se obtiene una mejora de las relaciones afectivas entre los padres y el infante.
Es necesario recalcar el aumento del desarrollo de la capacidad intelectual, ayudando a los niños a ser más creativos y observadores, por lo que la literatura consultada para los estudios recomienda la práctica de esta actividad durante los primeros meses de vida del infante (comenzar con dicha estimulación a los 4 meses de vida).
La natación para bebés es uno de los mejores métodos de estimulación temprana, ya que, en un ambiente de juego y placer, aporta beneficios importantes sobre el bebé debido a los componentes físicos (agua, movimiento, calor) que contiene esta actividad.
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